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Vista del port de Barcelona. (1889). Francesc Soler i Rovirosa. Museu Marítim de Barcelona |
En aquest article, Rossend Casanova ens convida a descobrir el procés de restauració i la història del monumental quadre ‘Vista del port de Barcelona’ de Francesc Soler i Rovirosa. La peça, que va quedar exposada al públic després de més de quinze mesos de treballs de restauració, ofereix una mirada detallada a la Barcelona marítima de finals del segle XIX i revela detalls inèdits, com una farola de Gaudí fins ara desconeguda en aquest emplaçament. A més, l’article recull el moment emocionant en què les besnétes de l’autor es retroben amb l’obra del seu avantpassat, fent d’aquest relat una celebració doble: de l’art, de la ciutat i de la memòria familiar.
"Hace un par de años, la Fundació Museu Marítim Drassanes Reials de Barcelona y el Museu Marítim de Barcelona me invitaron a documentar el monumental cuadro ‘Vista del port de Barcelona’ de Francesc Soler i Rovirosa. Se empezaba entonces su restauración, que se hizo frente al público en el recorrido expositivo, lo que supuso una novedad en este tipo de tareas habitualmente efectuadas en los talleres de restauración.
El cuadro salía así de un largo letargo, custodiado en los almacenes de reserva a la espera del momento adecuado. Y el momento llegó. Su restauración duró quince meses y permitió descubrir el modus operandi de Soler. Gracias a los análisis físicoquímicos dirigidos por las restauradoras M. Teresa Sala y Carmen Vázquez, junto con las imágenes en luz ultravioleta, frontal y rasante obtenidas por José Luis Biel, se identificaron los pigmentos utilizados e incluso se encontró, bajo la capa pictórica, la cuadrícula dibujada por Soler sobre la tela. En ella establecía los ejes y las perspectivas para después pintar al temple combinando pinceladas transparentes y espesas.
La restauración dio pie a la exposición que puede verse hasta el 31 de mayo en el Museu Marítim y que, con el título ‘Retrat de la Barcelona marítima. Una visió de Francesc Soler i Rovirosa’, repasa el contexto del cuadro, su restauración, sus principales contenidos, su autor y su emplazamiento original, el Café de Novedades, sito en el Paseo de Gràcia esquina con Casp y derribado en 1914 para dejar paso a la casa Rocamora.
En cuanto a lo retratado, el pincel realista de Soler presenta la ciudad de 1889 en una vista tomada desde la Barceloneta. Destacan algunos elementos por entonces nuevos, como el monumento a Colón, inaugurado el año anterior para la Exposición Universal, o la estatua de la Mercè, situada poco tiempo antes sobre la cúpula de la basílica. La mirada fotográfica de Soler también inmortaliza la vida cotidiana, desde los barcos que llegaban a puerto, como los veleros mercantes, las fragatas e incluso un vapor de ruedas, hasta tareas habituales como el comercio de mercancías, el traslado de productos o la venta ambulante. Objetos, personas, edificios y navíos están retratados con detalle y precisión. Y merece destacar, entre todos ellos, una farola de Gaudí de 1878, que aparece reproducida a pie de escena y de la que no se conocía ninguna una imagen en este emplazamiento, lo que aporta un dato inédito a la biografía de nuestro arquitecto universal.
Hace unos días, poco antes de escribir estas líneas, durante un paseo rutinario por la exposición, encontré a cuatro señoras retratándose frente al cuadro. Sorprendidas en plena sesión, se apresuraron a identificarse para justificar su acción. Eran las bisnietas de Soler. Y cabe decir que expresaron, con emoción, lo mucho que significaba para ellas ese encuentro con la pintura, su recuperación y exposición pública.Y mientas hablábamos pensaba que ese encuentro era doblemente feliz: el de las hermanas Soler con el cuadro y, a su vez, el cuadro con Barcelona."
Font consultada: Rossend Casanova. La Vanguardia. 8 d'abril de 2009.